miércoles, octubre 05, 2005

La antipatía de la gente

Yo no sé porque la mayoría de los chilangos (y podría decir que la mayoría de los mexicanos) somos antipáticos con lo que pasa con la gente que está a nuestro alrededor. Me sorprende ver que si en pleno centro están asaltando a la gente, nadie hace nada y lo que es peor... te ven que estas en problemas y hasta desvían la mirada simulando que no vieron nada. A ese tipo de gente me imagino que es la que siempre espera que el gobierno le resuelva todos sus problemas, porque no hace nada para mejorar la convivencia entre nosotros.

No solo pasa eso en situaciones peligrosas, si no que también en situaciones embarazosas… y tampoco discrimino género. En estos días de mucha lluvia y que no traía el carro, resulta que la autopista que va de Pachuca a México se inundó, lógicamente el tráfico era espantoso, bueno, ya ni espantoso.. era monótono porque de plano estábamos en alto total. En la “combi” en donde viajaba habíamos 12 personas, 7 mujeres y 5 hombres, yo de plano me puse a escuchar un CD de Botellita de Jerez cuando de repente me extrañó la forma en que se empieza a mover una muchacha de forma inquietante, la muchacha se veía joven (entre los 17 y 19 años). Después los movimientos fueron más notorios y comencé a notar que ya estaba sudando y tenía una cara de desesperación. Mi pensamiento inmediato es que también ella sufría de claustrofobia y al sentirse encerrada en un vehículo, casi en alto total y con lluvia, pensé que se iba a repetir el incidente que tuve en un elevador hace casi un año.

Al notar ya casi las lágrimas de la muchacha y ver que al parecer se dolía de la espalda, una mujer de edad mayor le preguntó que si se sentía bien (como chingados se va a sentir bien si ya estaba casi llorando!!) y la muchacha lógicamente dijo que no… después ya.. todos sintiéndose que confirmaron sus sospechas, ya!.. nadie dijo nada!... Pues la verdad a mi ya me daba cosa verla así… y al estudiar mas sus reacciones supe que su problema no era una fobia, sino una fisiológica, así que le pregunté que si tenía ganas de ir al baño… y ella asintió.. dijo que ya no aguantaba, que estaba enferma de los riñones y precisamente se dirigía a su casa después de unos estudios que le hicieron… Ahora.. la pregunta, que puedes hacer dentro de una transporte público, con un tráfico de los mil demonios, en una autopista, en un barrio en donde se veía que no es de plena confianza, de noche y lloviendo moderadamente??

Las señoras (gordas) le dijeron inmediatamente que pues se bajara a hacer del baño… que le decíamos al chofer que se esperara un poco y así fue, el chofer se orilló y la muchacha con la pena pues ya se iba a bajar, pero al notar que llovía pues como lo iba a hacer si se iba a mojar, noté que solamente yo tenía un paraguas así que lo sugerí que prestaba el paraguas mientras alguien la tapara de la lluvia y de los posibles mirones de los demás carros… Ahí fue cuando me di cuenta que las pinches viejas hijas de su antipática madre desviaron la vista haciéndose pendejas, como que no me habían escuchado… y al ver que la muchacha sentía que ya le explotaba los riñones, pues me ofrecí (haciendo mas penosa la situación para ella y para mi) y ella aceptó inmediatamente, lógicamente que estando afuera, me puse de espaldas a ella mientras ella se agachaba a hacer sus necesidades. Pinches viejas.. en esas situaciones de plano ni se apoyan ellas mismas.

Lógicamente, yo me mojé mas que ella porque hice lo posible para que el paraguas la tapara más a ella que a mi, y hasta el chofer muy buena onda mencionó a los demás carros que se había detenido y bajado porque “sentía una llanta muy baja”…

Situaciones como esta veo que muchas veces las personas no se apoyan entre ellas si no conocen a la persona que está en dificultades. Acaso hace falta otro sismo como el de septiembre de 1985 para que nuevamente se demuestre la solidaridad de las personas??

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