miércoles, agosto 01, 2007

De mis horrores más profundos.

Me encuentro sentado, mas que relajado se podría decir que resignado, con ese olor que tanto odio que es mezcla de liquido para limpiar pisos, mezclado con medicamentos, plásticos y alcohol… que tanto me dan nauseas. Veo la gente en la calle, pasa muy apurada ya que esa zona son edificios corporativos, un acomodador de carros se sienta a leer su periódico, se ve que es feliz, le da una sonrisa a la gente de carros lujosos, algunos les corresponde con otra sonrisa, otros ni lo voltean a ver. Como quisiera estar YO afuera y no en este cuarto con esa gente que esta conmigo, que se les ve su emoción y su sonrisa de satisfacción anticipada; sé que si existen las vidas pasadas en una persona, ese tipo de personas fueron alguna vez torturadores de la santa inquisición, según ellos lo hacían por el bien de la personas pero gozaban con la sangre y los gritos de sus víctimas.

-Muy bien, ya siente la anestesia en su labio?

Con esa simple pregunta hace que mi adrenalina corra nuevamente en mis venas, comienzo a sentir un leve sudor en las palmas de mis manos, después de cuatro piquetes de agujas en las profundidades de mis encías dudo en decir la verdad de que casi ni siento nada de la anestesia, es mas, dudo que me hayan puesto anestesia ya que siento normal toda la zona excepto por el dolor de los piquetes.

-mmhh.. pues vamos a darle otros piquetes para ver que se duerma toda esa zona.

“Maldita sea!”... mis pensamientos afloran con mayor rapidez y mayor furia; “andale cabrón, total! el que se chinga soy yo”. Siento como nuevamente clava la aguja en mis encías y penetra la anestesia, en vez de ayudar produce mayor dolor y mayor angustia. En esta vez ya no espera a que haga efecto la anestesia así que comienza su ritual de tortura, se tiene que dar prisa porque tiene a otras victimas que igualmente las torturará de la misma forma.

Siento como comienza a escarbar, ruidos y sangre brotan de mi boca, me cubren con una tela para que la sensación de claustrofobia haga más traumante esta tortura, una pequeña manguera se encarga de absorber la saliva y la sangre que produce sus movimientos y comienzo a sentir que hace una palanca y mucha fuerza para sacar mi muela superior. “Noooooo!!!!””… el dolor y el sonido se hacen mas fuertes y luego un silencio y la sensación de un vació.. sólo se escucha la manguera absorber toda la sangre que emana de donde antes había hueso.

Nuevamente comienza a divertirse con la siguiente muela, la inferior, la del “problema”, ella estaba ahí sin causar dolor, solo porque la vieron “diferente” tomaron el juicio de quitarla de las demás, comienzan a moverla y siento el dolor agudo de esa acción, me quejo. El doctor cree necesario mas anestesia y siento con mayor dolor como la aguja se introduce en al base de la muela y el liquido hace que grite un poco… Al doctor ya no le importa si hace o no efecto, el ya quiere seguir con más víctimas, así que hace una palanca fuerte y ve que esta no será fácil de sacar, así que escucho el sonido de una sierra… no es el sonido agudo que normalmente utilizan, ese si se escucha una sierra. No puedo ver la expresión de su cara, pero se que esta feliz por sacar esa herramienta que me provoca mayor dolor, mayor sangre, siento que mi muela es fragmentada y la sierra no solo toca mi muela, si no también mi encía, en pedazos saca mi muela y el último se da gusto nuevamente aplicando palanca, mas fuerte y mas dolorosa que las ultimas y por fin sale esa muela junto con la sangre… que sabe a hierro.


Finalmente me da dos puntadas y una vil gasa para morder, me habían dicho que la “molestia” nada mas iba a durar 3 días.. pero al ver la receta de medicamentos veo que es una mentira como todas las que me dijeron para hacerme creer que esto era por mi propio bien. Analgésicos sublinguales por una semana completa!..
¿Alguien agradece a sus verdugos por lo que los hicieron sufrir?, alguien agradece al ratero?, o al secuestrador por lo que los hicieron padecer?, pues yo solo salí de ese consultorio sin agradecer, me siento mas adolorido que en golpizas que tenia en la secundaria. Pero el odio es aun mayor con ese tipo de gente. Ahora comprendo porque muchos hombres prefieren ir a la guerra que al dentista.

No hay comentarios.: