lunes, junio 22, 2009

De Roma a España


Debido a que desde que llegamos a Roma no encontramos boletos de tren para mis 2 amigos que se regresaban a México desde París. Tuvimos que buscar una alternativa, una de ellas fue la de un viaje en avión de bajo costo desde Roma a Paris y de ahí cambiarse de aeropuerto para llegar al otro para tomar el vuelo a México. Si hubiera habido boletos de tren se hubieran ido desde la noche pasada.

Así que aprox. a las 6:00 am los encaminamos a la estación de trenes que los llevaría al aeropuerto de vuelos de bajo costo en Roma. Nos despedimos acordando en vernos en el DF para intercambiar CD's de Fotos y todos. Una vez que se fueron, quedamos ya los tres para planear lo que sería nuestro itinerario. El plan por la mañana era la visita obligada a la Capilla Sixtina. Pero en a tarde yo tenía intención de viajar en tren rumbo a Nápoles para poder visitar, aunque sea de rápido, las ruinas de Pompeya.

Todavía no estaba solo, así que tenía que acoplarme a los planes de la mayoría, También el plan original era partir de Roma por la costa hasta llegar a Niza y de ahí partir a Barcelona. Pero uno de los amigos que se quedaron tenía que ver a una amiga que había conocido por el chat de hace años y por lo menos le llevaba una botella de Tequila. La amiga le había dicho que estaría en Barcelona otros días diferentes a los que habíamos previsto. Tuvimos que modificar todo el plan.

Para no desperdiciar los días y teníamos que llegar a Madrid. La forma más directa era la del avión, pero a pesar de ver los pasajes, no estaban como que muy baratos. Así que buscamos una alternativa y fue la de volar hasta Santiago de Compostela e inmediatamente dirigirnos en a la estación de tren para alcanzar el que va a Madrid. Así ya nos ahorraríamos el hotel al viajar toda la noche. No estaba muy de acuerdo con esto porque perderíamos toda una tarde pero ni modo, fui minoría.

Una vez aclarado el plan, nos dirigimos a la Capilla Sixtina. En los pasillos antes de llegar, pensamos que había algo así como un camino directo a la capilla sin tener que pasar por todo el museo a ver todos los lujos que tiene le vaticano a costa de todo el dinero que nos han sacado en países como el nuestro. Pero creo que no, se tiene que caminar en zigzag y ver todo antes de llegar a donde queríamos.

Un detalle curioso fue que en uno de los pasillos había una pintura algo vieja pero muy significativa de la presencia de México en aquellos lugares. Nada mas ni nada menos que una pintura de un guajolote!!.. jaja



Debido a que para entrar estuvimos mucho tiempo formados, ya llevábamos mucha prisa y ya ni leí el origen o el autor o el porqué estaba ahí.

Al fin dentro de la capilla Sixtina, estaba totalmente lleno de gente, hasta se sentía la sensación esa de cuando entramos a un vagón del metro en pleno pino suarez. El calor humano y los olores se sentían igual al entrar a la capilla, no había lugar para sacar fotografías buenas, casi todas salían borrosas porque al enfocar, por tanta gente te movían la cámara.



Al final, teníamos que ver con un poco más de calma los pasillos que creo eran los las vistosos que había dentro de ese museo. Todo ese oro y adornos, snif.



Saliendo, fuimos a un restaurantito a comer lo que sería nuestra última comida en Italia. Para no perder la costumbre y al no haber pasta, pues solo comimos pizza con el respectivo vino blanco italiano.

Nos dirigimos al Aeropuerto, y de ahí al avión (con muy guapas sobrecargos) y llegamos al atardecer a Santiago de Compostela. En un camión nos dirigimos a la estación de trenes y si pudimos alcanzar el tren sin ningún problema, solo que se nos hizo un poco extraño porque prácticamente no había gente, hasta pensamos que la estación estaba cerrada.

Llegando el tren, lo abordamos y a dirigirnos a Madrid.

jueves, junio 18, 2009

Tener peleas en la Coliseo.

Esta era la última tarde con dos amigos que nos acompañaban al viaje. Se tenían que regresar ya que en sus respectivos trabajos no les permitieron mas días de vacaciones, así que después de visitar el Coliseo teníamos que ponernos bien pedos como despedida.

El Coliseo, es majestuoso. Con mucha pero mucha imaginación podrías ver como estaban las gradas y la forma en que se realizaban las peleas de los gladiadores. Mientras tomábamos fotos, uno de los amigos que ya se iban lamentó el no poder ver la capilla Sixtina y se empezó a enojar como reclamándonos. La verdad pues a mi me valió, pero llego un momento en que reclamaron el porqué se habían hecho reservaciones en hoteles que estaban bien pinche lejos de los lugares chidos.



Esa observación ya la había pensado, pero guardé silencio porque el puto trabajo no me dio el tiempo necesario para ver y reservar los hoteles. Yo según era el encargado de los pases del tren y de cómo movernos en ese trasporte por allá.

Comenzaron a alzar la voz y ya mejor los calmé con comentarios sarcásticos y pues ya la resignación. Creo que ya a esas alturas estábamos muy cansados y coom que noté que efectivamente a mis amigos les daba coraje que nosotros pudiéramos quedarnos mas tiempo.

Después de esto, pues ya nos dedicamos a tomarnos fotos, las clásicas a los soldados romanos y a escondidas porque si esos weyes te ven que les tomas una foto, aunque no aparezcas en ellas, van y te cobran.



Saliendo de ahí fuimos a un inche barcito y a pedir chelas a discreción. Olvidando la rencilla hecha unas horas atrás y festejando que estábamos del otro lado del mundo tomándonos las cervezas como buenos amigos que somos y rodeados de pura vieja muy bonitas, buenas y que no se sienten que nadie las merece.




martes, junio 16, 2009

Dentro del Vaticano.


El hotel donde nos quedamos estaba "algo" cerca de la terminal de trenes, en un barrio en donde había más hindúes que europeos. Por lo menos el hotel ahora si estaba cerca de una estación del metro. Pero al salir rumbo al vaticano pasamos por un parquecito en donde había algo así como una kermes de hindúes o un tipo de ceremonia.

La concepción que tenemos los mexicanos es que los europeos no se bañan diario, que apestan y no se que tantas cosas. En todas las ciudades donde anduve nunca me percaté de alguien que no se hubiera bañado. El metro no olía tan mal como me lo habían descrito, mas bien huele a olores guardados de más de un siglo que tiene las estacione parisinas. Pero en ese parque donde estaban los hindúes, de plano me dio muchísimo asco porque ví que casi todos ellos de plano no se habían bañado. Y como la tradición de sus ceremonias es la de quitarse los zapatos, pues el olor en todo el parque daba muchísimo asco.

Llegamos al metro e igual, no había visto metro más puerco, descuidado y grafiteado como esa línea del metro de Roma. Hace que el metro de la Ciudad de México se vea extremadamente limpio.

Llegamos al Vaticano y a comenzar a hacer colas, como era una semana después de semana santa, había una buena cantidad de gente. El plan era visitar la catedral y después la Capilla Sixtina. Pero extrañamente, ese día estaba cerrada la capilla, así que los planes cambiaron. En al tarde visitaríamos al Coliseo.

Algo curioso que notamos es que de plano a los mexicanos nos tienen muy identificados. Bueno, por lo menos a nosotros, donde pasábamos sabían que éramos mexicanos. Se nos nota a lejos el nopalazo, pero sobre todo yo creo que es por echar desmadre a todo momento. En las filas de los museos siempre nos preguntaban si éramos mexicanos ya que todo mundo se forma todos serios y mamones y nosotros, a pesar de esperar mucho tiempo, siempre estamos echando carrilla y desmadre.

De igual forma en Venecia, Florencia, Paris y Roma, donde pasábamos, los negocios nos hablaban en español gritando "México!" y los artistas callejeros tocaban siempre el "Cielito Lindo" o "Bésame Mucho"; en Venecia, una señora en piano comenzó a tocar "Sobre las Olas". Me quedó claro que estamos muy presentes en el viejo continente y por lo que ví, somos queridos.



En la entrada de la Catedral de San Pedro está la famosa "Piedad" de Miguel Ángel. Algunas secciones solo permiten la entrada para aquellas personas que solo van a rezar. Se encuentra una especie como de "cadenero" que te pregunta "va a rezar?" y yo contesto "Ahuevo" asintiendo con la cabeza, al fin no entienden lo que digo… y ya me deja pasar para ver mas de cerca el atrio y tomar una que otra foto.



Al salir, existe unos grandes portones que al principio no sabíamos a dónde conducían pero igual nos formamos como borregos porque había mucha gente. Las puertas las abren para pasar cierta cantidad de gente, así como en el metro del DF en horas pico. Pero ya por la espera comenzamos a hablar fuerte diciendo "portazo, portazo, portazo!"… Ahora me pregunto si, por esas faltas en la máxima iglesia de la religión católica, nos iremos al infierno?.



Las colas eran para ir a la cúpula de la iglesia en donde se puede ver el interior de la catedral y el exterior, el Vaticano y la Ciudad de Roma. La otra cola es para visitar las tumbas de los Papas, y lógicamente la que tenía mas gente y mucha de ellas rezando, es la de Karol Wojty?a (ese es el nombre que aparece en la lápida) alias "Juan Pablo II". Rendí un rato mis respetos y ya salimos de ahí.


Ya era pasado de medio día y por tanto caminar ya teníamos mucha hambre, así que comimos cerca del vaticano. Para después dirigirnos al Coliseo…

lunes, junio 15, 2009

De la Ciudad del Arte a la Ciudad Imperial.

Como en todos los lugares en donde habíamos visitado, siempre queda la sensación de haber estado más tiempo para visitar mas los lugares que ofrece cada ciudad y conocer gente y echar más desmadre y todo, pero el tiempo lo teníamos muy escaso y era hora de salir, por la tarde, rumbo a Roma.

En la mañana visitamos la Galería de Uffizi, ya creo que tres de mis amigos de plano ya no querían saber ya nada de arte, Un cuate y yo íbamos a conocer todo lo que pudiéramos conocer. Aunque por las prisas visitamos el museo a paso veloz, nos tomamos el tiempo necesario por lo menos para ver aquellas pinturas representativas. Sobre todo la del Nacimiento de la Venus.

Al salir, paseamos un rato por la plaza en donde fueron filmadas las escenas principales de la película de "Hannibal". Tuvimos la oportunidad de ver un baile de ballet, así como en México es lo clásico ver los bailes regionales en lugares turísticos, allá pues es el ballet y con muchachitas muy bonitas.



Después de ver ese espectáculo de belleza y clase (y también de ver el ballet) nos dirigimos a la estación de trenes para despedirnos de esa ciudad del arte y dirigirnos a Roma. Por primea vez, nos tocó un retraso en la hora de salida de los trenes; no sé que pasó pero todos los trenes estaban retrasados en todos los horarios, solo algunos de mis amigos se sentaron en el piso y en los 45 minutos que nos tocó esperar, fueron suficientes para que de plano se durmieran en el suelo.

La evidencia del cansancio era más descarado, sobre todo ya notaba que habíamos adelgazado al menos dos tallas. Ese sí es un método efectivo en donde cualquier cosa para comer te cuesta mucho dinero y ya dejas de comer cochinadas. Quizá una de las razones del porqué México es el país donde hay mucha obesidad es que hay comida muy barata y de antojos en todos lados (tacos, hot dogs, hamburguesas, etc).



Tiempo después subimos al tren y nos dirigimos a Roma. Una vez llegando, en la tarde-noche solo teníamos planeado visitar la Fontana di Trevi que como ya era costumbre, el hotel se reservó algo lejos y para caminar toda esa distancia hacía que nos agotáramos cada vez mas. Lo bueno que yo llevaba el libro de los mapas y así dábamos a cada lugar. Los demás de plano ya ni se preocupaban en dónde estaban y solo seguían lo que yo decía.



Noté que los conductores de la ciudad de Roma son peores que los de cualquier otra parte que he visitado. Mucho peor que los del DF y aún peor (aunque parezca increíble) que los conductores queretanos. Esos si te avientan el carro y casi ni pelan al peatón y las luces de los semáforos. Había que estar muy a las vivas de las intersecciones y al pasar la calle.

Compramos unas botellas de vino y nos la tomamos en el hotel. Eran los últimos días de que dos amigos nuestros estaban acompañándonos en ese viaje. Ellos se regresarían en dos días y solo quedaríamos tres continuando el viaje.

miércoles, junio 10, 2009

Florencia y Pisa.

En Florencia ya no hacía tanto frío como en las demás países visitados. Por la escasez de ropa limpia, decidí por fin vestir de bermudas. La salida era muy de mañana para tomar el tren de las 7 y algo e ir a Pisa a conocer la dichosa torre inclinada.

Ya arriba del tren me dí cuenta que no iba a ser el calor esperado, aún hacía mucho frío pero ya podía soportarlo. Un par de horas después llegamos a la ciudad y como en esas zonas que no sabemos bien a donde caminar, nada mas seguimos a la mayoría de la gente. Y efectivamente caminamos un poco y llegamos a ver ya de lejos la dichosa torre.

Al llegar nos tomamos las clásicas fotos de hacer como que uno patea la torre o de sostenerla. Los boletos de la torre se venden con horarios de entrada escalonados, solo cierta cantidad de gente puede estar dentro de ella por media hora y ya luego te sacan para que la otra tanda de gente entre. Esto según es para que no se caiga con el sobrepeso que genera tener demasiada gente arriba.

Teníamos todavía otras dos horas antes de que nos tocara nuestro turno para subir, así que aprovechamos para acostarnos en le pasto, mas fotos y curiosear. Tuve la curiosidad de entrar a la catedral contigua a la torre, pero como todo lo demás, es otro precio el que hay que pagar para poder entrar.



Ya para esas alturas hacíamos "corte de caja" una vez al día, todo lo que gastábamos ya mejor lo moderábamos porque el dinero, al ser en euros, se vá mucho mas rápido. Yo me comenzaba a preocupar por lo que gastaba porque estaba conciente de que regresando no iba a tener trabajo y ese dinero tenía que alcanzarme para otros meses de vacaciones en el DF.

No entré a la basílica también porque ya se me hacía injusto que cobraran por cada cosa que había que cobrar. Era como si en el DF cobráran por entrar a la Basílica de Guadalupe, o a la catedral del Zócalo. Así que nada mas nos subimos a la torre y apreciar la construcción, sus campanas y el mármol con la que fue hecha.

Después de bajarnos, pasamos por los clásicos puestos de souvenirs y algunos compraron algo, a mi ese día me dio un exceso de tacañería que no compré nada. Además creo que esos precios eran más caros que los que habíamos visto en Venecia.

Regresamos a Florencia a conocer el famoso David de Miguel Ángel. La cuidad de Florencia fue la que olía a drenaje, mucho más que el resto de las ciudades visitadas.

Esperamos una hora y media formados en la cola a plenos rayos del sol antes de entrar al museo. Pinche gente, por lo menos deberían poner un techo para proteger a la gente del sol. Mientras caminábamos, veíamos todas las leyendas pintarrajeadas en la pared exterior del museo, tenía rayones de todo tipo, pero en su mayoría con insultos en distintos idiomas referentes a la tardanza de entrar a ver el dichoso David. Me llamó a atención una que hasta el autor firmó que iba desde Cd. Neza decía: "Llevo 2 horas formado y no he visto al PUTO David".

Ya por fin, una vez dentro, vimos varias esculturas de Miguel Ángel, muchas no finalizadas, al fondo está el David. Yo no soy alguien que ame la escultura (me gusta pero no para "amarla", solo iba a conocer la famosa obra). Pero al estar parado junto a ella, ver cada detalle y el blanco perfecto de la roca que fue tallada, hace que admires y ames la escultura.

Antes de llegar al museo decía "pues un wey de pene pequeño ahí encuerado pues no me llama mucho la atención". Pero ya estando a lado de él, uno se enamora de esa verdadera obra de arte (y no me convertí gay!! ). Cada detalle, cada músculo está donde debe estar, hasta se ven las venas de los pies y manos y todo lo demás. El reflejo de la perfección del cuerpo de un hombre.

Claro, tampoco es tan perfecto; y me surge una teoría del porqué el Miguel Ángel esculpió un pene pequeño a pobre David. Y creo que pues todos los demás simples mortales al ver la escultura, nos sentiríamos mal de lo defectuosos que tenemos el cuerpo en comparación a la escultura. Pero ya no nos desanimamos tanto al ver compensado el tamaño de los más importante ;-) "Prefiero estar gordo y malformado que tener una pene diminuto" jaja.. que si le hubiera hecho un pene grande, de plano todo aquel hombre que la viera, saldría con una autoestima muy baja :-D



Bueno. Al salir, por fín caminamos por las calles hasta el anochecer. Conocimos calles y personas, ambiente y demás antes de terminar completamente el día y dormir porque el cansancio era cada vez mayor.