miércoles, agosto 22, 2012

La primera.

No sé si este tema ya lo he tocado con anterioridad, es muy probable ya que es una parte esencial de mi vida y de lo que soy ahora. Tengo algunas teorías que seguro generan polémica cada que las expongo, en las borracheras siempre me niegan mis argumentos pero creo que es porque no les gusta saber la verdad, pero hay algunos que se quedan callados pensativos y en ellos creo que también aplica y no se niegan a lo que  puede ser un verdadero sentir.

Todos tenemos un primer amor, pero no me refiero a aquel esporádico primer beso o aquella primera(o) noviecita(o) que pensabas por un día que la querías y al siguiente ya no la soportabas. Me refiero al primer amor real, al que después de algunas novias llegó ésta y sí te mueve todo tu mundo y en cada momento piensas y vives por ella.

En mi caso, ese amor me tocó desde la secundaria y es de esas personas que llegaron para quedarse siempre en alguna parte de tu mente. Quizá también sea alguna parte obsesiva de mi mente y que alguien sano olvida ese tipo de cosas al pasar el tiempo. Yo en cambio no puedo olvidar aquellos momentos en los que estuve al menos platicando con ella, aquel primer beso apasionado con ella dentro del metro o aquella noche en la madrugada sobre el cofre de un auto y debajo de las estrellas donde sólo con besarnos el tiempo parecía detenerse, que todo a nuestro alrededor dejara de existir y sólo quedara esa sensación de estar disfrutando con ella al sentir su piel y su respiración cálida tan cerca de mi.

Mi teoría que al menos yo lo acepto de manera personal es que, todos los hombres tenemos un primer amor así; y aunque al final vengan más mujeres después de esa y que luego nos volvamos a enamorar y casarnos y formar una familia, al final a ese primer amor siempre existe muy frecuente en nuestra mente y nunca la olvidarás hasta el día de tu muerte.

Esto creo que no aplica a las mujeres ya que ellas no pueden llegar a enamorarse a ese grado con alguien que concideren el primero ya que al conocer a alguien nuevo, al final terminan enamorarse de más o igual que los anteriores.

Creo que hasta se podría acabar las infidelidades si los hombres se hubieran quedado con su primer amor ya que no se necesitarían ojos ni pensamientos ni sentimientos para alguien más. Pero desafortunadamente las mujeres no aprovechan esto y al buscar siempre la mejor opción, se van con alguien más que ya tuvo su primer amor y por tanto nunca podrán ser su centro del universo.

En mi caso, ella decidió irse con alguien que le parecía tener “mejor” futuro, alguien que tenía los recursos suficientes como para traer un Chrysler Spirit del año (93’) a andar conmigo que era pobre y no tenía nada de nada que ofrecerle. Solo mi amor en esta vida.

Como era lógico me dolió tanto que pasé por una etapa muy deprimente, ya no puedo decir que es muy triste porque ahora ya sé que hay cosas mucho peores. Mi único refugio que me quedaba fue el estudio, la trataba de olvidar metiéndome como maníaco a estudiar y sobre todo por la escuela (la Batiz) que es muy exigente. Es por eso que salí más o menos bien y adquiría conocimiento para tratar de olvidarla. Gracias a ella soy lo que soy ahora, pero el objetivo no se cumplió. Día tras día la recordaba, creo que sólo la semana cuando falló el trasplante de riñón de mi novia fue la única en la que no la recordé.

Después de seis años de no verla,  la busqué sólo para saber algo de ella. Se había casado con el wey del Spirit 93’ y ya tenía un hijo (curiosamente le puso mi nombre) . Tenía una papelería y no puedo decir que se veía feliz, pero al menos ella tenía ya algo y yo seguía sin tener nada, aún no había terminado la universidad y por tanto lo único con lo que contaba eran el dinero de las becas. Me despedí como tratando de dejar todo ese pensamiento con ella sabiendo que a futuro era muy poco probable que la volvería a ver.

Doce años más tarde llegó Facebook a sus manos, y me busco, y me encontró. Ví su invitación, al ver su nombre completo no pude evitar sentir esa marejada de sensaciones que provocaron sudor, escalofríos y que mi corazón palpitara con mucha celeridad. Esperé un rato para ponerme algo coherente y para que mi cerebro no notara tanta desesperación de mi corazón por darle click a ese botón de aceptar. Al final, después de un respiro que me pareció una eternidad y recordar aquella noche bajo las estrellas, acepté su invitación.

Chateamos muy poco, me comentó que se había divorciado, pero que ahora está con alguien más. Pero igual no está muy agusto, que tiene 4 hijos y que según ella, se sigue acordando mucho de mi. Quedamos de vernos un sábado, pero al parecer mi mente y mis nervios se vieron sobrepasados y mi cuerpo decidió enfermarse de gripa, tan fuerte que estuve todo un mes como zombie por esa gripota.

Un par de meses después volvimos a quedar para vernos. En sus fotos sabía que había engordado ya que utilizaba el truco de que solo sale su cara, no ha dejado de ser guapa. Contuve todos mis nervios y me dí valor para verla nuevamente en persona, en un café en Plaza Inn, llegó y al parecer mantuve la seriedad requerida. Al menos no me le abalancé a abrazarla y sentirla nuevamente cerca de mi (que no quiere decir que no tenía ganas).

Me relajé más porque ví que a pesar de seguir guapa, no era tan guapa como con algunas de las mujeres los que he andado. Creo que sí comprendió que quizá, sólo quizá, existió la posibilidad de que  conmigo estuviera mejor. Pero al final, al despedirnos (porque su esposo la regaña si no atiende a sus hijos) me hizo una pregunta que me dejó sin habla. La pregunta fue

-¿Y dime, tu qué consideras que yo soy para tí? 

Pinches preguntas que se les ocurre a las mujeres que vienen a destruir la cordura, lógica y compostura de mis plácidas neuronas! No podía contestarle que por ella soy prácticamente todo lo que soy ahora, que por ella estudié mucho, y de ahí derivó todo lo que soy. Que cada día de todos estos años la recuerdo y que siempre me pongo dos borracheras obligatorias al año, una en conmemoración en aquella noche cuando nos besamos y la otra el día de su cumpleaños cuando la descubrí con el wey que prefirió sobre mi. Que ella está hasta en todos mis passwords… No, no le podía contestar eso, me limité a decirle

-“Una buen amiga que extrañaba mucho y que ahora no quiero perder el contacto nunca”

Lógicamente no dejaré a mi novia por ella, pero creo que tampoco me limitaré tanto en ver hasta dónde llega este nuevo reencuentro.