martes, agosto 30, 2011
Amistad en un código fuente.
Estos días he tenido mucho trabajo, lo peor es que no me dan recursos porque ya los tengo acostumbrados a que yo soy el que puedo hacer todo. La mayoría de los que trabajan aquí solo se enfocan a el conocimientos que adquirieron a en sus universidades hace 15 años atrás (en le mejor de los casos) y esa cantidad de tiempo para la rama tecnológica es un abismo de diferencia.
Los conocimientos básicos, matemáticos e ingenieriles no cambian tanto con el tiempo, pero como en la mayoría de las escuelas no enseñan esas bases, pues ya se imaginaran que casi nadie sabe ya ni de lo que le están hablando al referirse con nuevos algoritmos, plataformas, etc. Sólo se dedican a administrar como su cabeza les da a entender porque en sus tiempos no había ni el PMP para liderear proyectos.
Así que en una de esas que me tocó ver una urgencia, me tuve que meter al código de los programas y para mi sorpresa me encontré con los comentarios y el nombre de una gran amiga. Tenía tiempo que no la recordaba como ahora.
Recién que entramos a trabajar al banco, aún no teníamos reputación ni los conocimientos necesarios en el ambiente bancario. Ella había entrado algunos meses antes que yo, pero me llamó la atención que al fin conocía una mujer guapa, inteligente y sencilla que supiera de sistemas y a programar directamente con conocimientos y bases. Sabía sus limitaciones pero también se enfocaba en aprender y pensar por cuenta propia y no como los demás que parece ser que sólo siguen órdenes.
Después de 6 meses, me la asignaron como jefa, ella igual se sorprendió porque debía ser al revés y se apenaba por esa asignación ya que apenas comenzaba a ser reconocido por mis conocimientos y la facilidad con que resolvía problemas. Yo sabía que a mi me habían evitado nombrarme jefe por cuestiones políticas y hasta de posibles celos, pero no me importó en absoluto porque sabía que ella no era como cualquier otra mujer que le ponen recursos porque no sabe nada de sistemas pero sí de llenar formatitos.
Prácticamente me decía que la apoyaba y a mi me gustaba estar con ella porque me llamaba la atención su piel blanca y sus pecas. Estuvimos estudiando un tiempo alemán, yo comencé a tomar clases porque tuve una relación con una alemana y desde ese entonces supe que las europeas eran la onda. No sabía que ella también iba a clases hasta que me la encontré en la escuela. Nuestra amistad se hacía más estrecha con el tiempo.
Pasaron algunos meses y hubo unas vacaciones las cuales planeamos juntos, pero sin que se enterara absolutamente nadie del trabajo. Ya saben que parece como un cultivo de chismes y especulaciones sobre cualquier indicio de miradas lascivas. No había nada mejor que nuestra inteligencia para fingir que para nada era sospechoso pedir los mismos días de vacaciones. Nadie se enteró y nadie supo nada, ni una ligera sospecha de que nos fuimos juntos a Cancún.
Lo fugaz y racional que fue la relación la hizo excelente. Nos divertimos y nadie salió lastimado de ninguna forma. Pero no sin dejar una huella imborrable en mi memoria sobre su piel, la forma de sus senos, sus pecas y su sonrisa que la hacía ver, junto con su pelo largo, que la belleza no está peleada con la inteligencia.
Regresamos como si nada de nuestras vacaciones y fingimos que cada quien fue a lugares distintos. Después de eso no nos involucramos más, quizá un par de veces hubo acercamientos pero sabíamos que no debía pasar de eso. Un par de meses más conocí a mi actual novia y hubo los primeros cambios estructurales en el personal del banco. A mi me asignaron a el área que me sirvió de mucho para hacerme de la reputación que aún a la fecha tengo y a ella la asignaron a otros proyectos. Algunas veces salíamos a comer con la bolita de amigos, nuestros saludos, al ser menos frecuentes, eran más intensos. Nos abrazábamos como dos grandes amigos que no se hubieran visto por mucho tiempo, cuando en realidad solo pasaba una o dos semanas.
Desafortunadamente llegaron las elecciones presidenciales y ella se metió al ala radical del peje. Me dejó de hablar el mismo instante en que le explicaba, según las clases de economía que llevaba en la maestría, que muchas de las cosas que decía el peje eran totalmente erróneas. Me dolió que me dejara de hablar y sobre todo por ideologías políticas, siempre trato de evitar hablar de eso, religión o futbol porque la gente las toma como ofensas personales cuando solo haces críticas. Creo que ella no fue lo suficientemente inteligente para diferenciar eso y dejó de hablar y comunicarse conmigo.
Tiempo después mi novia me confesó que ella era la única a la que le tenía reales celos porque sabía que podíamos hacer muy buena pareja, me sorprende el grado de exactitud de sus sospechas a pesar que no sabe nada de nuestra relación ni mucho menos de nuestro viaje.
Hoy que ví un programa hecho por ella, fue inevitable recordar esos buenos tiempos en los que tuve al fin, una gran amiga guapa e inteligente. Recuerdos que se tornan distantes pero que solo hace falta un detalle, como ver el código de un programa, para pensar en ello y sonreir en toda una tarde.
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