lunes, agosto 10, 2009

Alpes Franceses (Chamonix).


El viaje de toda la noche no hubo ninguna novedad, había un libro por cada asiento y comencé a leerlo, pero creo que ni terminé una página y me ganó el sueño. Dormido tooodo el camino, me desperté solo media hora antes de llegar a París.

Para ir al poblado de Chamonix tenía que cambiarme de estación de trenes en Francia, tomar uno de alta velocidad que fuera a la ciudad de Lyon y de ahí tomar otros hasta llegar al poblado a pies del Mont Blanc. Éste poblado tenía prioridad en mi viaje.. me gusta muchos los paisajes montañosos y con nieve. Acá en México me gusta ir mucho a la marquesa (aunque sea a desayunar) o a acampar a las faldas del Iztaccihuatl.


Lógicamente allá pues sería completamente diferente ya que la cordillera montañosa de allá no tiene comparación con la de acá. Al llegar a Lyon transbordé de tren y me llevó a la estación de St. Germain. De ahí era tomar otro tren pero al parecer estaba en reparación, así que había camiones (gratis) que salían a cierto horario y a los distintos poblados dónde se supone pasa el tren antes de llegar a Chamonix.

Para esto ya eran como las 16:00, me tocó esperar a que llegaran los camiones y lo compartí con puro puberto que seguramente era la hora de su salida de la escuela. Al acercarme a mi destino, la verdad me estaba emocionando; ver aquellas montañas con nieve y el estilo de las casa hacían que me sintiera muy feliz, ya que por años, desde casi tengo memoria, quería conocer esos paisajes.

Es más, recordando en éste momento, creo que desde niño, la primera vez que ví la caricatura de Heidi fue que me llamaron la atención aquellas montañas.

Una vez llegando noté que ahí sería más distinto que en otros lugares ya que no se veía casi nada de turismo, es más, al irse el camión ya estaba completamente solo en esas calles. La mayoría de los negocios cerrados y nadie que pudiera dar informes. Consulté mi libro-guía y a comenzar a localizar un hotel de los que ahí mencionaba. Muchos de ellos estaban cerrados. Así que me fui a uno que se veía que posiblemente estuviera abierto.



Al tocar salió una muchacha que me ofreció un cuarto estándar. Según mi libro-guía ese hotel estaba clasificado como de tres estrellas. Era todo de madera y sí me gustó, sobre todo porque el cuarto que me dieron (ya que casi no había nadie hospedado) tenía la vista hacia los "Picos de Chamonix".



Rápidamente me bañé (porque no había tenido oportunidad de bañarme en todo el día) y salí a conocer el pueblo porque estaba atardeciendo. Recorrí las calles vacías y al notar que no había casi nada abierto, solo me fui a comer a un McDonalds.

Al sentir el frío en la noche, no me quedó de otra que ir al hotel, hacerle la plática a la recepcionista la cual me dijo que precisamente esa semana eran algo así como las únicas vacaciones de esa ciudad ya que recién habían terminado las actividades alpinas invernales. Esa era la razón de la ausencia de gente y de muchos negocios cerrados.

No me quedó de otra que ya dirigirme a mi cuarto y dormir. A pesar que casi todo estaba cerrado, el teleférico al Mont Blanc seguía abierto y el siguiente día me dirigiría para allá.

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