Ya está de más que explique el porqué de mi ausencia en el blog. De plano me doy pena por no poner ni siquiera un solo post en todo enero y solo hasta apenas ahorita a mediados de febrero. Me ha pasado que se me ha ocurrdio muchos temas para plasmarlos aquí, pero dentro de poco se me olvidan con la esperanza de que cuando tenga algo de tiempo, pueda escribir sobre eso.
Mi falta de tiempo se debe al trabajo. Muchos de mis compañeros comienzan a reir burlonamente porque entro muy temprano y salgo muy tarde, algo con el que siempre he estado en contra en los trabajos. La diferencia es que, si bien en el futuro trataré de evitar esta situación, lo hago y no me pesa tanto como en el área anterior. Ahora es resolver problemas y casi pura labor de diagnosis cuando llega un problema a los sistemas bancarios. La versión de sistemas de una sala de urgencias; han puesto a los mejores para poder realizar este trabajo además de manejar bien la presión que se siente al haber un problema grave.
En la anterior área podría llegar más temprano a casa aunque entrara más tarde. Ahora llego más tarde pero menos frustrado, y creo que esa sensación de frustración era la que me agotaba más física y mentalmente. A los demás les digo los beneficios que es trabajar nuevamente sin la pesada losa burocrática, pero creo que ya sus cerebros no asimilan un lugar dónde se trabaja bien sin burocracia.
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